Cela no superó el paso del tiempo. Su lenguaje no nos llega. Es rancio. Esa España ya no es la nuestra. Además fue fascista, y después de fascista, un energúmeno impresentable, un pepero conspiracionista y un cachalote enamorado. Y marqués. Madre mía.
Entonces abro La familia de Pascual Duarte y me digo: es cierto, Cela está pasado y su lenguaje ya no nos llega, del mismo modo que Esquilo está pasado y su lenguaje ya no nos llega. Porque así insiste el Pascual en la tragedia: reduciendo un conflicto esencial para cualquiera de nosotros a sus puros huesos. Y ya se sabe que la tragedia no es posmo.
Pero claro, con Esquilo no se atreven.
1 comentario
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octubre 31, 2016 a 8:51 pm
Nadie
Me gusta Cela. Me siguen gustando bastantes cosas de Cela… a pesar de Cela.