«Irrumpen leopardos en los templos y se beben el contenido de los cántaros del sacrificio; esto se repite una y otra vez: finalmente, se lo puede prever y se transforma en parte de la ceremonia.»

El aforismo es de Kafka. Sustituyan «leopardos» por «bancos» y «templos» por «democracias» (aunque a estas casquivanas no les cuadre del todo lo sagrado): queda un bonito retrato de la época en que ustedes viven.

La humanidad es el gran cansino histórico, y un clásico es el que le ha sabido coger las vueltas.